Ayer se consagró por primera vez en la historia de la Argentina una presidente mujer: Cristina Fernández. Además el segundo lugar, aunque bastante alejado en cantidad de votos del primero, fue para otra mujer: Elisa Carrió. Ambás, más allá de las diferencias políticas e ideológicas de sus posiciones, son indiscutiblemente mujeres con una amplia trayectoria y con perfil propio.
Sin duda nos falta mucho por crecer y madurar políticamente, de ello da cuenta la falta de autoridades de mesa que hizo crisis hasta el punto de que se abriera el comicio en algunos lugares mucho más tarde. La negativa de la gente para asumir esa responsabilidad ciudadana. La cuestionada transparencia por ausencia de boletas o por maniobras poco claras denunciadas por otras fuerzas políticas. En fin, circunstancias que dibujan un escenario poco alentador en lo que hace a la cultura política y a la participación.
De todos modos en medio de estas circunstancias el hecho de que dos mujeres por primera vez en la historia de la Argentina tengan la punta de la representación del país me parece un dato auspicioso. Nos habla del crecimiento y madurez de muchos argentinos que dejaron el prejuicio de pensar en la mujer sólo para el ámbito privado o para cargos de menor responsabilidad o para estar bajo la sombra de un hombre. Es un gran avance en cuanto al reconocimiento de las diferencias y a la no jerarquización o menoscabo en función de las mismas. Creo que las palabras del discurso de la presidenta, alude inteligentemente a la gran responsabilidad que le toca, gobernar a partir de la mayor diferencia en cantidad de votos entre la primera fuerza y la segunda desde el advenimiento de la democracia y también gobernar para la otra mitad de los argentinos que no la votaron. Sin duda fue votada en gran medida por los sectores más humildes pero a la vez lúcidamente sabe que debe ser la presidenta de todos.
Rescato algunas de sus palabras:
"Los argentinos nos merecemos de nosotros mismos un mejor relato"
"Poder aportar a la construcción del conjunto"
"Un país no lo construye solamente un buen gobierno, lo construye una buena sociedad"
Y finalmente el reconocimiento de la responsabilidad que le cabe también en tanto el género que representa.
Ojalá el cambio de personas y de género cambien también algunas metodologías del viejo sistema político que aún se mantienen.
lunes, 29 de octubre de 2007
Has recorrido muchacha un largo camino...
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2 comentarios:
Estoy de acuerdo, Diana.
Pareciera que cuando la estimulación es la correcta por parte de los medios de comunicación, la sociedad pierde un poco los prejuicios. Quiero decir, cuando se presentó con total naturalidad que las dos candidatas con más chances eran ambas mujeres, los votantes no dudaron. Jugando con las estadísticas, podríamos decir que más de un 65% de los votantes quiso a una mujer como presidenta (o quiso a su marido pero el hecho de que éste enviara a su mujer no pesó en contra).
En fin, sobre el tema del género lo que quería plantear es que vale la pena pensar el papel de los medios de comunicación, en tanto subcomponente privilegiado de nuestro aparato cognitivo, para la instalación y modificación de representaciones sociales de lo alterno. Esto con el objetivo de fomentar la pluralidad y reducir la discriminación.
Gracias Damian por el comentario.
Creo que los medios indudablemente son formadores de opinión, pero también creo que el aparato cognitivo de las personas no es pasivo frente a los datos de la realidad. Es decir, los medios pueden jerarquizar determinada información, pueden ocultar o sobreestimular pero también los sujetos son activos frente a estas estrategias. No son tablas rasas y en todo caso habrá que estudiar un poco más porqué "compran" o eligen determinados discursos en un momento y luego en otro hasta pueden sostener posiciones opuestas. Creo que es un gran tema en relación a la cognición, la comunicación y la grupalidad.
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