Se cerró la experiencia del tren y lo cierto es que más que un cierre lo que se otea en el horizonte son nuevas aperturas. Nuevos posibles para ese conjunto heterogéneo de seres que supieron encontrarse a la distancia y a la vez muy cerca. Varios ejes han atravesado la experiencia, además de los conocimientos y la pericia de los conductores, fundamentalmente creo que ha sido el afecto y lo que menciona Daniel en su post pensar sobre el pensar la puesta en acto de la transferencia, noción indispensable para poder pensar. Sin ella no hay pensamiento posible y menos aún meta-análisis. Lo interesante de esto, me parece, es que este enredarnos y encontrarnos en y con los otros ha generado una situación que causa hacia el conocimiento más allá de fórmulas prehechas o de estrategias didácticas a la medida de. El movimiento de la trama grupal nos sorprendió, nos divirtió, nos fascinó y creo que lo mejor es que nos dejó huella. Queda por delante por supuesto hacer una análisis más exaustivo de las interacciones en relación a la producción y/o apropiación del conocimiento grupal pero por el momento me quedo con los comentarios individuales y singulares de cada uno de los participantes que me parece reflejan este eje común de la pulsión epistemofílica en su relación con los otros.
Hasta pronto
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